Parque de las riberas del río Guadaira

Este parque, ganado por concurso tanto en la fase de proyecto como de dirección de obra, responde a una estrategia de cosido de las tres bandas en que sus 55 hectáreas quedan divididas por la circunvalación SE-30 y el propio río Guadaira, además de estar limitado por la vía férrea y cruzado por el actual metro, que discurre aéreo en sentido norte-sur.

El planteamiento paisajístico es el de ir disolviendo la geometría reticular emanada de la trama urbana del barrio del Sector Sur a medida que nos distanciamos de ella hacia una estructura orgánica que permite su incorporación al territorio menos antropizado, de manera que la disposición de las especies vegetales se plantea inversa a este criterio: reticular sobre lo orgánico y desestructurada sobre la trama reticular.

Una serie de áreas de estancia permite ubicar los equipamientos específicos que dotan al parque de funciones ciudadanas, especialmente las de deporte y ocio, apoyando la estructura viaria peatonal y de mantenimiento con materialidades diversas y con albercas que van escalonándose para propiciar el regadío de las praderas y las especies vegetales.

La recuperación de los azudes perdidos en el propio río, dotados de escala de peces, así como los canales de abastecimiento a los molinos, propician el descubrimiento y disfrute de este río que conforma el área metropolitana de Sevilla, cuyo contaminado cauce se dota de un sistema de plantas como el lirio, la enea y el junco, que hacen una depuración biológica del agua, pudiendo utilizarla para los huertos vecinales, una de las demandas de los vecinos del barrio.